“El Señor es mi banquero; no fracasaré.
El me hace acostar en minas de oro;
El me da la combinación de su caja fuerte.
El restituye mi crédito, el me enseña
como evitar un juicio por amor a su Nombre.
Por eso, aunque camino en sombras de deudas,
nada temo, porque Tú estás conmigo;
Tu plata y tu oro me salvan.
Tu preparas un camino para mí en presencia
de los cobradores; tú llenas mis tanques
con aceite y mi medida rebosa.
Seguramente la bondad y la misericordia, seguirán
por todos los dias de mi vida; y yo
haré negocios en el nombre del Señor.”
Fuente: “Lo que díces recibes” por Don Gossett