Leyendo un viejo libro encontré el relato interesante, se trata de un hombre que había estado en el frente de batalla de la primera guerra mundial viviendo en las trincheras y transitando por situaciones tremendas.
Este hombre, cuando muy joven, se desempeñaba como obrero en la industria metalúrgica, tenia sueños como toda persona, pero siendo tan joven sus sueños eran ambiciosos, se imaginaba que algún día podría manejar su propia fabrica.
Pero lo sorprendió la guerra interrumpiendo su fantasía y la cruda realidad lo depositó en el frente de batalla. Y allí estaba, siendo muy joven, peleando en una guerra, no imaginada ni deseada, y sin entender mucho de que se trataba.
El relato era bastante extenso, pero, me llamo la atención está pequeña parte y que quiero referir aquí.
El mencionaba que en la guerra había aprendido muchas cosas, entre ellas, que podía dormir en el barro o bajo una intensa lluvia estando a la intemperie, que creyendo no tener mas fuerzas poder aun subir una colina, que podía comer cada dos días e incluso que su comida fuese pan mohoso, y lo mas significativo es que a pesar de todas estas cosas, él podía vivir y reír igual.
Este fragmento del relato me dejó pensando y reflexionando….cosas.
Por ejemplo: Que el ser humano hace cualquier cosa por sobrevivir, puede acostumbrarse a pesar de cualquier circunstancia.
También que: Aunque una persona esté atravesando esas situaciones extremas, pese a todo, puede sobreponerse y salir adelante; pues este hombre había logrado, después de la finalización de la guerra, formar su familia y construir una empresa a la cual hizo crecer y llegó a ser una de las lideres en su rubro.
En un momento del relato le preguntaron si él, cuando estaba en aquellas trincheras, se imaginaba, pese al infortunio, cumpliendo sus sueños o creía que todo terminaba allí. Y el dijo que nunca se imaginó de otra forma que no sea terminando aquella guerra y volviendo a casa, y que nunca pensó en que no lo iba a lograr.
Luego le preguntaron, a que le adjudicaba haber podido salir de aquel infierno, sobreponerse y concretar su sueño. Su respuesta fue tan simple como interesante: Siempre estuve en calma, aun en las situaciones mas desesperantes y siempre mantuve en mi cabeza la firme idea de tener mi fábrica, nunca deje de pensar en ello.
Creo que cabría realizar algunas preguntas al respecto de este relato:
¿Como algunos frente a situaciones terribles mantienen sus sueños intactos sin apartarlos de la mente?
¿Por qué, a veces los pequeños problemas, nublen la mente y los objetivos o los sueños se ven difusos e inalcanzables?
Todo tiene su respuesta, pero no voy a ser yo quien lo haga pues para estos están los que estudian las conductas humanas; pero si puedo dejar algún comentario al respecto y decir que: Cuando escuchamos cualquier relato de circunstancias especiales vividas por otras personas y nos detenemos un segundo a pensar sobre lo acontecido, veremos que siempre hay algo bueno, algo que sirve, algo atractivo y que nos pueden dejar alguna enseñanza, y las enseñanzas son nutritivas y nos fortalecen.
El protagonista de esa historia nos enseña que pese a todo, mantuvo siempre fija en su mente la idea que había concebido para su futuro. Primero que nada, “sabia muy bien lo que quería”, y segundo no estaba dispuesto a abandonar ni a entregarse hasta lograr lo que se había propuesto.
Creo que aquí se pueden rescatar dos puntos fundamentales para cualquier emprendedor,….dos bases.
1) Saber a donde quieres ir
2) No abandonar ni bajar los brazos en ninguna circunstancia
Finalmente: Como siempre tratando de no abrumarte siendo extenso prefiero terminar aquí este artículo no sin antes dejarte una última pregunta.
Emprendedor,….. ¿Estás dispuesto a no bajar los brazos ante ninguna circunstancia y seguir hasta el final?
Entonces,… el triunfo,…… será tuyo.
Muchísima Suerte!!!
Eduardo Blanco.
Fuente del artículo: www.articulo.org
A veces nos hacemos daño por no soltar experiencias que solo nos lastiman. Dijo un poeta: cada día es una nueva oportunidad para el hombre juicioso!